lunes, 9 de noviembre de 2009
Me quedare en el monte Tibetano
Sentado en una roca del monte tibetano, copos de blanca nieve escarchandose en tus cejas conjeladas por la tiritante brisa del mundo elevado por encima de las nubes. Solo ves horizonte, nada mas que una leve linea que separa el cielo con la tierra, es el firmamento, recuperas el aliento y gritas hacia el cielo tu deseo, dices ojala, dices por favor, solo pides una pizca de piedad. Piensas que se te cae el mundo, pero en realidad tu estas por encima de todos, gobiernas la tierra sin saber como, donde te encuentras no conocen de normas, de leyes o de conductas, solo estas tu, gritando a un cielo, al firmamento, al universo entero un deseo, prentendiendo que alguien te oiga. La ingenuidad no es tan grande si pides un deseo al cielo, solo te estas gritando a ti mismo que puedes hacerlo para asi no ponerte puertas en el campo. Terminas de gritas, sientes que lo has soltado todo, que ya has hecho lo correcto, miras atras, no ves nada, ni siquiera tu sombra, el sol empieza a eclipasarse por la luna, las estrellas de pronto empiezan a brillar, crees que es un milagro, que alguien escucho tu deseo, ese aire conjelado se corta tan rapido como el aire corta las hojas de un arbol viejo que por las noches refunfuña para no ser talado, el ambiente se eclipsa tambien, una calidez inunda el monte, gotas brotan del cuerpo, el sudoroso llanto del espiruto no cree a la vista engañosa, a la mentirosa realidad, pero tu corazon si lo cree, solo tiene fe de lo que siente. Quizas no siempre la razón o la experiencia, la frialdad de la vida sea siempre tan importante, quizas los sentimietos o las miradas, las sensaciones o las fragancias nos hagan ser mas felices en la vida, quizas no todo lo que veamos por fuera sea tan bonito como lo que podamos ver por dentro, quizas un paisaje como un monte tibetano eclipsado por la luna y el sol con un cielo estrellado con un deseo suspendido en el aire con una brisa calida que inunda nuestro cuerpo en un ambiente relajante sin normas ni leyes que puedan desconcertar la bella realidad, aquella que la naturaleza nos ha dado no sea tan bella como despertar de un sueño y ver que hay una persona a nuestro lado, al lado de nuestra cama al despertar de ese sueño, que el monte tibetano no era mas que su increible perfil desnudo en la cama, o que la calida brisa era su calido aliento que nos alienta todas las mañanas al despertar, o que el eclipse no era mas que sus ojos cerrados abriendose para vernos el rostro, o que aquel cielo estrellado eran destellos de luz entrando por las rejillas de la ventana, pero que quereis que os diga, el deseo era el mismo y si dijera que deseo no seria cumplido, aunque no es tan dificil, solo quisira que todas las mañanas fueran asi, que algun dia se eclipse el sol y me encuentre en el monte tibetano.
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