La vida no es mas que una guerra, una batalla, una encarnizada lucha por la victoria. La astucia y el valor para superarse y encontrar a los heroes que volaran hacia los infinitos cielos, que se ahogaran en los profundos mares, que se sepultaran en la escamosa roca del destino. Son esos los heroes de nuestra historia. Pero el unico que decide el final de la historia eres tu, el titiritero del mundo, de las vidas y las muertes. La astucia y persuasion haran recordar los objetivos que un dia el filosofo Sun Tzu nos dejo como legado ante la horrible muerte, la horrible vida de la guerra. La verdadera victoria y mas gratificante es la que uno consigue sin luchar.
Y los ansiados mandobles del espiritu, la espada de la verdad. Damocles en la cuspide del terror, Thor entre las nubes, la ira de los condenados caidos.
El grito de la guerra, la llamada, el sonido de la vida. Se acerca el principio del final, se aleja el final de nuestro principio.
Por ultimo solo queda aquella espada del destino que todo lo corta... y esa es la espada que nadie se atreve a empuñarla. Y son tres cosas los que esa persona atesora:
La primera es la compasion.
La segunda es la frugalidad.
Y la tercerda es no atreverme a estar frente al mundo.
Bailemos al son de las espadas y la teñida luna carmesí, porque los dragones alados del infierno pronto despertaran de su letargo... por que no siempre las leyendas son cuentos o novelas, son historias de sueños perdidos del rencor... de los espiritus acobardados por el exterior.
Como dijo Sun Tzu: La guerra se basa en el engaño, pondera la situacion y luego actúa.
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